viernes, junio 18, 2010

Do nothing (Parte 2)

Más que parte 2, interludio.

Varias personas, a lo largo de los últimos años, han expresado preocupación ante mi forma de ver la vida. Al parecer el que afirme que soy feliz y al mismo tiempo piense que en la vida la justicia no existe y tampoco Dios, son comúnmente entendidos como elementos contradictorios.

Aclarando cosas:

1) Cuando digo que soy feliz, es porque soy feliz.

2) La vida es injusta, probablemente la existencia no tenga sentido, nada es sagrado per se, y a pesar de todo nada de eso consigue que la vida sea menos digna de ser vivida ni menos hermosa..

Pequeña aclaración: No he basado toda esta forma de ver las cosas en Lovecraft, no fue hasta hace un par de días atrás que me di cuenta que tenía cierta semejanza lejana.

Aclaración secundaria a la pequeña aclaración: Por si alguno de los que me leen no están familiarizados con señor Lovecraft, gran parte de sus obras hablan de horrores cósmicos más allá de nuestro control y comprensión, ante los cuales somos absolutamente indefensos y la única forma de salvarnos, es huir. Correr mucho.

Nota al pie: No es muy difícil entender, llegados a este punto, por qué Hollywood nunca ha podido hacer nada de provecho con las obras de este hombre. Teniendo en cuenta que la mayor parte de la fantasía y ciencia ficción se basan en que alguien completamente normal de repente se le revela que es especial, el único elegido, y una vez que lo acepta, es capaz de el solito derrotar a El Mal, así, en mayúsculas.

Continúo.

En algún punto de nuestra infancia, se nos inculca la idea del pecado, la culpabilidad, y esconder lo malo. Esa es la única razón por la cual el sexo siga siendo algo supuestamente misterioso siendo que basta darle vueltas un par de veces a la idea para comprender que es algo perfectamente natural, y vaya a saber uno por qué todo el mundo hace tanto escándalo con ello.

Se nos enseña que la violencia es mala, que todos los rasgos negativos deben de ser eliminados y si esto no es posible, hay que esconderlos. Que sólo una vida dedicada al cultivo de la virtud es algo digno, y que el espíritu debe de ser puro, el intelecto cultivado, y sólo eso es el bien.

A quien intento engañar, eso no sucede "en algún punto de nuestra infancia", eso es cristianismo destilado, jodiéndole la vida al resto.


Entonces uno sigue la corriente, y cree en que si uno es así de digno y virtuoso la vida será buena con uno, porque eso es lo que dicen las escrituras, y el karma, el equilibro de la tierra, o lo que sea que dicta tu creencia. Y uno vive con todas esas creencias en la cabeza. Pero la vida no funciona así, los buenos no siempre ganan, malas cosas les suceden a gente buena, así como buenas cosas les pasan a mala gente. Cuando uno se da cuenta de esas cosas suele deprimirse mucho. Y busca respuestas. Esa, es mi parte favorita. Algunos se cambian de sistema de creencias después de esto, otros vuelven al sistema original y se meten más a fondo, a ver si así funciona.

Si miras todo ese proceso de lejos, te darás cuenta que no es muy distinto a cómo funciona la adicción a las drogas, o el materialismo. Eso de la sociedad de consumo no consiste sólo en ir al mall los fines de semana, hacemos lo mismo con las creencias.

La gente pasa gran parte de su vida buscando las respuestas a la vida, bajo el supuesto de que la vida tiene respuestas. De que hay una razón para todo.

Porque pensar que la vida no tiene sentido es el caos, es el mal puro, es el fin del mundo. Al menos, eso es lo que algunos me han dicho. Yo no le veo el lado malo.

Sígueme la corriente al menos.

La vida no tiene sentido. Las cosas pasan sin una razón oculta para ello, no existe un plan. Las cosas suceden al azar. Pero eso no quiere decir que uno esté perdido a la deriva. No, uno puede hacer que algunas cosas pasen. Es más, uno hace eso todo el tiempo, pero suele ser bastante miope para comprender el asunto de la causa y el efecto, y termina sin entender por qué le pasan esas cosas a uno.

Es algo fascinante, ver cómo gente que pasa tanto tiempo buscando el por qué de la vida, no se pregunte por qué necesita encontrarle una razón a todo. El que nosotros, como seres humanos, necesitemos interpretar la realidad a través de un sistema de razones, no quiere decir que la realidad objetiva sea un sistema entendible de razones.

¿Cómo puedo ser feliz pensando de esta forma? Es bastante simple, al no esperar que la vida sea como me han enseñado que debe ser (según un sistema de razones para comprender las cosas), no vivo con las decepciones que surgen cuando la vida funciona de una forma en la que uno no esperaba.

Al pensar que la existencia es caótica, estoy mucho más inclinado a aceptar las cosas buenas que suceden, porque me parece una especie de milagro cada vez que algo bueno sale de todo el caos. Y menos inclinado a sufrir por las cosas malas, porque eso ya me lo esperaba, es la configuración por defecto de la realidad.

Esto además resume por qué la gente es más feliz cuando no cree en Dios, por cierto.




1 comentario:

Org@smo dijo...

viva el pulento laico jajajaja...

Muy buen escrito me encanto! a ratos me identifico mucho, a ratos sentí algo del rechazo de quién sabe que se mira al espejo.. pero eso es bueno...

IDS