viernes, enero 15, 2010

Duality

Sí, más política.

La última vez hablé de religión, ahora de política y agradezcan que no me gusta el fútbol, aunque igual terminé metiéndolo en todo esto.

Y no, no voto.

Alguien dirá "si no votas no puedes opinar". Falso. Y facho, mira que andar prohibiendo así como así. Puedo opinar porque soy un observador no participante, la ciencia me apoya. Puedo opinar porque me da la gana. A lo más aguantaría que me dijesen "si no votas, no te quejes después de quien salga". Pero igual me voy a quejar, probablemente.

Otros dicen "no opino de política, si igual salga el que salga tengo que trabajar igual". Esta me gusta, porque me dan ganas de preguntar si acaso les convencería algún sistema político que los exima del trabajo.

También la gente dice "da lo mismo el que salga, si al final todos son iguales, todos buscan sólo su propio beneficio".

De las últimas dos opiniones desprendo que a la gente le encanta generalizar, lo cual es lógico porque eso permite dar opiniones sin conocer datos, sin preocuparte de qué ha hecho tal o cual candidato, qué ideales implica cada partido político y otro montón de cosas que resultan un montón de trabajo.

Por otro lado están los que si tienen una opinión política, aunque no necesariamente eso implica que se diferencien tanto del grupo anterior. Ciertas personas ven la política como quien ve el fútbol, en casa todos son del mismo equipo así que yo también. Y el contrario es malo. Porque sí. Y el que me gusta a mí es lo mejor del universo. Porque sí. Y si uno pide más argumentos, la profundidad de estos no es mucho mayor a "porque mi equipo ha ganado más veces", y en la mayor parte de las discusiones, ponen más ahínco en gritar más fuerte que en dar argumentos válidos. Como el fútbol.

Y por aquí la gente es muy dada a esto. Un entrenador pierde un partido, "échenlo". Un ministro comete un error "que dimita". Sin segundas oportunidades, sin tolerancia, sin pararse a pensar en qué es lo bueno y lo malo que ha hecho hasta ahora. Esa forma de pensar es terrorífica, y lo peor es que está en ambos lados de la política, uno más que en el otro pero aún así. Me pregunto si cuando ellos cometen un error en su trabajo, están tan dispuestos a que su jefe los eche sin mayor consideración.


Otros se informan un poco, leen no uno sino varios diarios y ven notas de televisión de distintos canales (para eso está Internet) porque ningún medio es parcial.

El grupo más pequeño de todo eso sabe muchísimo de política. Incluso de cosas que pasaron antes de la Dictadura, mira tu. Esos son pesos pesados. Yo no estoy entre ellos.

Yo tampoco soy parcial. Ni me siento obligado a serlo.

Lo que me impulsa a escribir esto no es dar mi opinión política. Es ver a la gente, y cómo reaccionan a la política, lo que me parece más interesante.

Es curioso que a la mayor parte de gente que conozco, no le gusta en realidad ninguno de los dos candidatos. A mi tampoco me gustan. Y como no me gustan ninguno de los dos, voy un poco más allá y trato de ver qué representan. Ahí, me es más fácil decidirme.

Los fanáticos se quedan sólo en la persona, como si fuera sólo uno el que va a gobernar. Es una especie de trauma mesiánico, porque realmente creen todo lo que dice el candidato, sobre todo la parte de que él es la solución a todos los problemas.

Y estos candidatos son muy dados a decir cosas como "voy a acabar con la pobreza". Por supuesto que sí, vas a ser la primera persona en la historia de la humanidad, en cualquier gobierno, en cualquier país, que va a lograr eso por primera vez.

La delincuencia es un tema muy usado también, lo que no es raro porque la tele asusta. No es un plan maquiavélico y monstruoso de una sociedad secreta que dice "vamos a producir miedo porque así la gente es más manejable, así nos entregan su libertad y las podemos controlar". No. Es simplemente que produce raiting. Y a la gente le encanta asustarse, sino pregúntenle a Stephen King.

Y los políticos dicen "vamos a tener mano dura con la delincuencia" lo que uno pensaría que es meterlos a todos en la cárcel. Pero si uno se da la lata de mirar las cifras de Estados Unidos o Brasil, que tienen a millones y millones de ciudadanos en la cárcel y pese a ello el crimen sigue más o menos igual que siempre, sólo con hacer eso, te das cuenta de que ni el político tiene ni idea de lo que está hablando. Lo más idiota que he escuchado últimamente es eso de que "los delincuentes están libres y nosotros encerrados". No, estás encerrado porque ves mucha tele, y porque te importa demasiado lo que tienes en casa.

Me corrigo, lo más idiota respecto a la delincuencia es cuando dicen que tienen dominado el país y hacen lo que quieren. Evidentemente esta gente nunca ha leído las noticias de México y Brasil, por no ir más lejos. Dos países latinoamericanos con un nivel de desarrollo económico muy similar al nuestro. Ellos, si tienen problemas reales de delincuencia.

No me voy a dar la lata de meterme ni en educación ni en salud en profundidad, sólo rescatar la ironía que los candidatos y la gente quiere ambas cosas lo más gratis y con la mayor calidad posible. Los únicos países que han logrado esto, son paises socialistas que financian esto con impuestos exorbitantes a sus ciudadanos. Lo que también es otra ironía, un poco más sutil.

Pero lo peor de todo ha sido ver como la gente piensa en dualidades. No hay matices, sino que todo se simplifica a dos bloques, y uno es totalmente bueno, y el otro totalmente malo.

"Me gusta lo que ha hecho el gobierno por lo tanto el gobierno es malo, y toda oposición está mal".

"No me gusta lo que ha hecho el gobierno por lo tanto el gobierno es malo, y la oposición es buena."


El hecho de que nuestro gobierno lleva casi 20 años gobernado por el mismo conglomerado de partidos, no es bueno.

Que se necesita un cambio, si, claro. Que tiene que ser exactamente lo opuesto, y que sólo por ser oposición significa que va a ser algo mejor, no estoy tan seguro.