Varias veces me he preguntado, seriamente, si acaso me quedé pegado en los 18.
Después de todo, sigo siendo un niño para muchas cosas. Sigo jugando (es más, cada vez con más intensidad) videojuegos, leyendo comic books, Dune sigue siendo uno de mis libros de cabecera, y debo admitir, sin vergüenza alguna, que sigo pensando que la mayor parte de la buena música del último tiempo nació o se desarrolló en los 90.
Otro de los grandes factores que me hacen sospechar de mi atoramiento de los 18 son mis amigos. O mejor dicho, la carencia de ellos. La gran mayoría de mis mejores amigos los tuve mientras estuve en el colegio. Los carretes mas memorables también sucedieron en esa época. Y la gran mayoría de mis anécdotas épicas me pasaron mientras estuve con ellos.
Entonces, me pregunto si acaso es algo tan grave.
¿Qué significa crecer, qué significa ser un adulto joven?
Trabajar. Ok. Lo he hecho, aún lo hago, y es mas, ansío la idea de seguir haciéndolo. Así que eso no sirve.
Sofisticación en los gustos. Ni cagando, así de claro. No pienso hacerme un experto catador de vino, ni ir al Bar Central, ni al Espacio Riesco. Menos cambiar mis discos de Marilyn Manson por los de Moby. Tener un auto, confieso que me atrae. Pero no me vuelve loco. ¿Kreouac? ¿Bukowski? Lo siento, pero no. Por el momento, seguirá siendo Stephen King, Lovecraft, Tolkien, y Pratchett. Los Dockers y las camisas Hilfiger o como se llamen, están muy bien, en mi opinión, como uniforme UDI. Pero definitivamente no para mí. Así que supongo que lo más sofisticado que voy a hacer será dejar los Belmont corrientes en caja blanda por unos Marlboro, y cambiar la Dorada por una Heineken.
Hijos. Si, me encantaría. No se si en plural, pero definitivamente me encantaría tener una hija, y que escuche metal. O un hijo, aunque creo que lo traumaría por mi adversión al fútbol. Ah, pero se me olvidaba, para ser un adulto joven, o una persona normal, mi hijo/a debería tener ahora por lo menos 3 años. Porque por supuesto, yo soy muy macho y no puedo usar condones. Y que importa que mi novia no haya tomado pastillas, si por una vez no pasa nada. Lo siento, pero al parecer somos demasiado fomes como para salir con un cabro chico antes de terminar la carrera.
Por otro lado, quizás no sea tan pendejo todavía. Si bien es cierto que suelo ahogarme entre tantos deberes, y que considero muy sabias las palabras de la doctora Grey (de la serie “Grey’s Anatomy) cuando dice “Responsability sucks”, de una forma u otra igual termino haciéndome cargo. Siendo responsable, siendo maduro.
Ni el sexo, ni las drogas me parecen tan, pero tan importantes como para desvivirme por ellos, o ponerlos como metas inprescindibles en mi vida. Claro que de pendejo, tampoco se puede decir que me haya vuelto loco por ello. Menos aún la vida de carretero autodestructivo. Cosas como aventuras, riesgos y todo eso son, en mi opinión, cosas que quedan muy bien en las películas gringas, pero no en la vida real.
Y después de todo, cuando veo MTV, me doy cuenta que no me pierdo demasiado de la música actual. No la desprecio, pero realmente toda esa onda hip hop y electrónica, todo el pop renovado, no fueron nunca para mí. Menos aún la estética, si mirar los diseños de los programas de MTV de ahora es como estar viendo un juego de Playstation 2. Y uno malo.
Nunca dejaré de ser un niño. Uno responsable y con gustos de viejo, pero un niño después de todo. No le veo nada de malo. Después de todo, si mi novia me ama siendo tal como soy, no lo debo de estar haciendo tan mal.
Entonces, me pregunto si acaso es algo tan grave.
¿Qué significa crecer, qué significa ser un adulto joven?
Trabajar. Ok. Lo he hecho, aún lo hago, y es mas, ansío la idea de seguir haciéndolo. Así que eso no sirve.
Sofisticación en los gustos. Ni cagando, así de claro. No pienso hacerme un experto catador de vino, ni ir al Bar Central, ni al Espacio Riesco. Menos cambiar mis discos de Marilyn Manson por los de Moby. Tener un auto, confieso que me atrae. Pero no me vuelve loco. ¿Kreouac? ¿Bukowski? Lo siento, pero no. Por el momento, seguirá siendo Stephen King, Lovecraft, Tolkien, y Pratchett. Los Dockers y las camisas Hilfiger o como se llamen, están muy bien, en mi opinión, como uniforme UDI. Pero definitivamente no para mí. Así que supongo que lo más sofisticado que voy a hacer será dejar los Belmont corrientes en caja blanda por unos Marlboro, y cambiar la Dorada por una Heineken.
Hijos. Si, me encantaría. No se si en plural, pero definitivamente me encantaría tener una hija, y que escuche metal. O un hijo, aunque creo que lo traumaría por mi adversión al fútbol. Ah, pero se me olvidaba, para ser un adulto joven, o una persona normal, mi hijo/a debería tener ahora por lo menos 3 años. Porque por supuesto, yo soy muy macho y no puedo usar condones. Y que importa que mi novia no haya tomado pastillas, si por una vez no pasa nada. Lo siento, pero al parecer somos demasiado fomes como para salir con un cabro chico antes de terminar la carrera.
Por otro lado, quizás no sea tan pendejo todavía. Si bien es cierto que suelo ahogarme entre tantos deberes, y que considero muy sabias las palabras de la doctora Grey (de la serie “Grey’s Anatomy) cuando dice “Responsability sucks”, de una forma u otra igual termino haciéndome cargo. Siendo responsable, siendo maduro.
Ni el sexo, ni las drogas me parecen tan, pero tan importantes como para desvivirme por ellos, o ponerlos como metas inprescindibles en mi vida. Claro que de pendejo, tampoco se puede decir que me haya vuelto loco por ello. Menos aún la vida de carretero autodestructivo. Cosas como aventuras, riesgos y todo eso son, en mi opinión, cosas que quedan muy bien en las películas gringas, pero no en la vida real.
Y después de todo, cuando veo MTV, me doy cuenta que no me pierdo demasiado de la música actual. No la desprecio, pero realmente toda esa onda hip hop y electrónica, todo el pop renovado, no fueron nunca para mí. Menos aún la estética, si mirar los diseños de los programas de MTV de ahora es como estar viendo un juego de Playstation 2. Y uno malo.
Nunca dejaré de ser un niño. Uno responsable y con gustos de viejo, pero un niño después de todo. No le veo nada de malo. Después de todo, si mi novia me ama siendo tal como soy, no lo debo de estar haciendo tan mal.
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