lunes, julio 10, 2006

Definitivamente, quiero que termine luego este año. No quiero ser dramático diciendo que este ha sido el peor año de mi vida, pero digamos que no está entre los mejores. O sea, dejando aparte la trombosis de principio de año, y una larga y latera recuperación, resulta que ahora descubrieron que al parecer, tengo la misma enfermedad de mi madre (un desorden pancreático) que es muy parecida a la diabetes, pero en lugar de azúcar, esta se centra en los triglicéridos (un tipo de grasa de la sangre similar al colesterol). El asunto es que el tratamiento es muy parecido; no puedo comer cosas con mucha azúcar y debo tomar medicamentos para controlar los niveles de triglicéridos. No sé qué es lo que más me duele; dejar la coca cola, el chocolate o el alcohol.

Por lo tanto, más que preocuparme la búsqueda de mi práctica, me preocupa ir al médico y hacerme los exámenes y todo eso; lo cual significa ir bastante seguido al hospital, hacer colas interminables, rodeado de los muertos vivientes que son los viejitos. Me he dado cuenta de que no es el estar enfermo; es el tener que ir al hospital lo que me produce ataques de ansiedad, desesperación y deseos irracionales de no aparecerme por ahi nunca más.

Cuento todo esto, queridos lectores, no sólo para que sepan en qué anda mi vida, sino para justificar mi fascinación escapista e inmersiva en lo siguiente: las dos nuevas series que han formado parte de mi panteón personal; Lost y Firefly.

De Lost, está hablando todo el mundo así que es bien poco lo que tengo que decir. Hay que tener en cuenta que tan sólo he visto la primera temporada; sin embargo ya puedo anticipar, angustiosamente, cómo va a ser la segunda; mala. O sea, hay que tenerle mucho respeto a los guionistas, como para hacer la primera parte. La cantidad de historias y personajes, los giros inesperados, las sorpresas inexplicables, todo me pareció excelente. Especialmente la estructuración de los personajes. Sin embargo el método de escritura; el solucionar un enigma con otro enigma, lleva a un punto en el cual el escritor, a menos que se trate de un genio, cae víctima de las expectativas. Hay varios enigmas de Lost, como por ejemplo el de los números, o las coincidencias entre las vidas de los personajes, que hacen la serie sumamente interesante, pero que al mismo tiempo crean expectativas muy altas, y los escritores de series suelen fallar al dar las respuestas. El mejor ejemplo que se me ocurre, es el del final de The X-Files.

Sin embargo, Lost me resulta apasionante. Personajes como el de Sawyer o Yasid, los cuales no sólo están bien construídos sino que además están excelentemente actuados, hacen que la serie sea sumamente adictiva.

Claro que el caso de "Firefly" es mucho mas fuerte. Todo empezó cuando vi una película llamada Serenity; que nace a partir de la serie de televisión de Firefly, la cual tan sólo duró una temporada (incluso menos, tan sólo 14 episodios) y que viene a ser una especie de "segunda temporada" condensada. Antes de verla, unos amigos me dijeron "tienes que tenerla, es mejor que Star Wars". Siendo yo un antiguo y enfermizo fanático de Star Wars, la afirmación me pareció exagerada. Sin embargo, vi Serenity, y un par de días después gracias a mi maravillosa y comprensiva novia, pude ver la serie. Y es cierto. Es mejor que Star Wars.

¿Por qué Firefly es mejor que Star Wars? Porque se adecua mucho más a nuestra generacion, nuestra época. Ciencia Ficción más seria. Sin batallas épicas en el espacio, un protagonista (el capitán de la nave) que comete errores, que suele salir perdiendo de las batallas y sin superpoderes ni nada parecido que le de fuerzas; tan sólo una serie de traumas de la guerra y una personalidad sumemente confrontacional y rebelde. No hay razas alienígenas, que obviamente en la mayor parte de los casos en la ciencia ficción, más que alienígenas son versiones de nosotros mismos y de otras culturas llevadas a un extremo estereotipado excesivo. Una nave espcial que no tiene armas; nada de lásers, ni blasters, ni iones, ni tachyons. En el único capítulo que le disparan a alguien, uno de los personajes se pone un traje espacial, abre las compuertas y dispara con una especie de rifle militar dentro de otro traje, para que el arma tenga el oxígeno necesario para el disparo de pólvora.

Uno tampoco encuentra malos muy malos en la serie. Ni buenos muy buenos. Tan sólo gente en posiciones opuestas, y eso es algo que me parece muy notable. Posiblemente sea lo que más hace la diferencia con respecto a la dualidad marcadisima y exagerada del bien y el mal de Star Wars.

Es curioso como Firefly lo atrapa a uno en tan pocos capítulos. Algunos de ellos ni siquiera son tan buenos, hay varias fallas en los guiones, en las actuaciones, y se nota que es algo nuevo, algo primerizo. Y a pesar de ellos, hay obras maestras como un capítulo llamado "Out of Gas" que está contado desde 3 líneas históricas distintas.

La película, antes de ver la serie, resulta magnífica. Verla después de ver la serie le quita un poco de emoción, pero el resultado sigue siendo increíble. Con razón Orson Scot Card dijo que era la mejor película de ciencia ficción de toda la historia.

Hit del momento: Sí, por primera vez en mucho tiempo, es una canción moderna: "Heart in a Cage", por The Strokes.

Libro: La verdad es que aún estoy leyendo El Caso de Charles Dexter Ward, de H.P.Lovecraft; no porque sea fome y no lo haya podido terminar antes, sino porque es de un estilo denso, prosaico y por momentos pomposo. Por supuesto, todo ello es absolutamente perdonable cuando uno se da cuenta que está ante una historia increíble, de esos cuentos de terror que uno sabe que por mucho empeño que se le ponga jamás será superado por nada.

Película: Como se puede adivinar fácilmente teniendo en cuenta lo anterior, mi nueva película favorita es Serenity. Los Reavers son los mejores y más misteriosos "malos" que he visto en una película desde hace siglos.